12 de enero de 2011

BAUTISMO DE JESUS EN EL JORDAN




Así como Jesús se manifestó en su nacimiento a los pastores y se reveló a los Magos de Oriente, en el momento de su Bautismo en el Jordán, se nos revela como el Hijo de Dios. Con esta fiesta concluye el tiempo de Navidad y comienza el tiempo Ordinario.


Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.

Jesús fue desde Galilea hasta el Jordán y se presentó a Juan para ser bautizado por él. Juan se resistía, diciéndole: "Soy yo el que tiene necesidad de ser bautizado por ti, ¡y eres tú el que viene a mi encuentro!". Pero Jesús le respondió: "Ahora déjame hacer esto, porque conviene que así cumplamos todo lo que es justo". Y Juan se lo permitió. Apenas fue bautizado, Jesús salió del agua. En ese momento, se abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios descender como una paloma y dirigirse hacia él. Y se oyó una voz del cielo que decía: "Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección".

Palabra del Señor.



El bautismo de Jesús marca, en los evangelios, el comienzo de su misión y de su predicación sobre el Reino. Y este comienzo parte de una fuerte experiencia espiritual: la revelación de Dios como Padre de Jesús. Esta experiencia, que, sin dudas, ha atravesado Jesús, nos llega a nosotros considerando también nuestra condición de hijos de Dios y, por lo tanto, también "predilectos".

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